Publicado por José Janés en noviembre de 1952, dentro de la colección Al Monigote de Papel.
Título Original: Il marito in collegio.
Traducción del italiano por Maria Bages.
172 páginas (ADE).
Los antepasados de los Madellis-Foulard-Wonder-Food lucharon en todas las Cruzadas. Los actuales descendientes de aquellos cruzados, aparte de los blasones, no pueden presumir de más propiedades que la ropa que llevan puesta, interior y exterior. Al tiempo de iniciarse este relato, el último vástago de tan rancia familia, Carlota Wonder, ha cumplido veintidós años. Está por merecer, y esto contraría los planes de Casimiro Wonder, su tío paterno, que ha hecho fortuna en otros continentes. Casimiro Wonder notifica a sus parientes que, si quieren seguir disfrutando de su protección, Carlota tiene que casarse antes de cuarenta y ocho horas. De lo contrario, no habrá testamento. A buscar marido para Carlota, pues, y ¡pronto!, porque el tío exige además que el novio sea de su gusto. Recae por fin la elección en Camilo Debrai, pobre pero honrado tallador en madera, que está secretamente enamorado de Carlota. Lo malo es que el joven es tan rudimentario, que la rancia familia se avergüenza de presentarlo a los amigos, y ello obliga a tomar la solución, tanto más heroica cuanto que Camilo ya ha cumplido los veinticinco años, de mandar al marido a un colegio a hacerse una cultura. Puesta de esta manera en marcha la novela, se hace difícil conjeturar siquiera hasta dónde puede llegar la fantasía de su autor. Quienes leyeron “El Destino se llama Clotilde” continuarán hoy sin duda conservando la ofuscante y tumultuosa impresión de haber caído en un torbellino de comicidad, que es cabalmente la sensación que producen los libros de Guareschi. La lectura de El marido colegial renovará sin duda aquella feliz sensación.