Publicado por Planeta en abril de 1958.
184 páginas (ADE).
No quiero quedarme solo fue laureada con el Premio Sésamo de Novela Corta 1956. Su autor, Vicente Carredano, es uno de los escritores más representativos de la generación de posguerra. Se distingue por su estilo personalísimo, en el cual la pulcritud y la sencillez idiomáticas son las constantes más significativas de su prosa. Este modo expresivo concuerda con los temas que escoge con especial cuidado el autor, pues Vicente Carredano, que goza de un amplio y merecido crédito como cuentista, es de los escritores que dan una cabal importancia al argumento de sus narraciones.
No quiero quedarme solo es un modelo de novela corta. Algunos capítulos están escritos magistralmente. Dentro de la sencillez del relato se descubren sutiles elementos de observación psicológica, finas matizaciones descriptivas que prestan a la narración una alta calidad literaria sin menoscabo del interés humano del argumento. Éste culmina en un final sarcástico y amargo que despierta una súbita, dramática sorpresa en el lector.
Se incluyen en el presente volumen otras dos novelas cortas que obtuvieron los puestos de finalistas en el mencionado concurso de Sésamo: El viento dobló la esquina, de Luciano Castañón, que revela a un joven autor de evidentes dotes narrativas. La vida infantil —la vida del niño en su calle— constituye el tema de dicha novela. Por su parte Ángel Vázquez ofrece en El cuarto de los niños, otra versión del mundo infantil, pero ésta dada desde fuera, a través de la interpretación adulta. Son dos claros aciertos de novela.