Publicado por Picazo en febrero de 1974.
150 páginas (ADE).
Ser sereno en el Madrid del desarrollo resulta muchísimo más difícil que «serenar» en los subdesarrollados «años cincuenta». Hoy por hoy, la nochecita madrileña tiene muchos perendengues y lo mismo se roban coches que se rompen escaparates o asaltan a pacíficos ciudadanos. El sereno, representante nocturno de la Ley, tiene que estar con el chuzo alerta para evitar tantísimo desaguisado.
Antes, era otra cosa, claro. Madrid no llegaba al millón de habitantes. Y con tres millones menos de ciudadanos a quien custodiar, los serenos eran los amos de la noche. Ni tenían que vigilar coches, ni preocuparse de los delincuentes... Sólo, de cuando en cuando, turbaba un poquitín su reposo algún que otro borracho impertinente. Eran unas condiciones estupendas para que determinados serenos pudieran echar sus buenas cabezaditas a partir de las dos de la madrugada.
Evaristo Acevedo, uno de los más importantes escritores humoristas de nuestro tiempo, ha conseguido con esta novela, escrita y publicada hace algunos años y reeditada ahora, demostrar, una vez más, sus grandes dotes de narrador y de excelente creador de ese fino humor que campea siempre en su estilo personal e inconfundible. Su fama y su prestigio, se consolidaron con su inolvidable Cartas a los celtíberos esposados, obra profunda y modélica, y desde entonces ha venido publicando numerosos libros que le acreditan como magnífico humorista y que le han conseguido una merecida popularidad en todos los países de habla castellana.
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Felices Navidades a los visitantes de este blog (si la Autoridad lo permite).
Muchas gracias por seguir compartiendo la obra de este gran humorista hispano. Un saludo cordial.
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