Publicado por Alianza Editorial en 1972. Número 380 de la colección El Libro de Bolsillo.
268 páginas (ADE).
Chumy Chúmez —en este caso el seudónimo literario ha eclipsado el nombre civil: José María González Castrillo (San Sebastián, 1927)— es uno de los grandes renovadores del humor gráfico contemporáneo quizá porque nunca se ha acantonado defensivamente en la especialización profesional —también se interesa, como guionista y realizador, por la expresión cinematográfica, y cultiva una prosa narrativa de gran originalidad— ni ha pretendido tampoco rehuir las implicaciones testimoniales de su trabajo.
Y así para siempre es una antología, preparada por el autor, de sus mejores hallazgos literarios o gráficos: si la exasperante anécdota de “La gota” muestra su dominio del ritmo narrativo y “El diario de un niño precoz” pone de manifiesto las posibilidades de su vena satírica, la selección de chistes entrega al lector la dimensión más popular de su obra: el distorsionado retrato —en deuda con el humor negro y el surrealismo, y tan alejado del cinismo como de la pedagogía— de un mundo escindido por profundas desigualdades (que la violencia mantiene y la retórica justifica) y sometido a un intenso cambio social, cuya nota dominante es la gran brecha abierta entre los valores proclamados y la conducta seguida, entre la apresurada recepción de elementos culturales modernos y la inercia de los viejos hábitos mentales.
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