viernes, 10 de mayo de 2024

El vagabundo pasa de largo (Emilio Romero)

 

Publicado por Planeta en noviembre de 1959.
240 páginas (ADE).

El vagabundo pasa de largo es la segunda novela de Emilio Romero. Su primera novela, “La paz empieza nunca”, premio Planeta 1957, alcanzó en velocidad la máxima venta de un premio. Se lanzaron cinco ediciones en un año. Había una gran curiosidad por otra aparición de Emilio Romero en la novelística española. El autor había anunciado una segunda parte, y hasta una tercera, de “La paz empieza nunca”, pero ha preferido interrumpir esta serie, posiblemente en espera de un grupo de acontecimientos de la vida española que justifique “una novela con la Historia”, según su calificación, y, mientras tanto, lanza El vagabundo pasa de largo.

En esta novela se entremezclan los sentimientos de idealismo y de realismo en un proceso de absorción de la guerra civil y de la nueva convivencia de los españoles. El vagabundo, Ramón el Espartero, se define así: “Contertulio de cigüeñas, maestro de pastores, chivato de liebres encamadas, memorialista de mozas analfabetas, raposa contra el fisco, experto en estrellas, auditor de alondras, huésped honorable de pajares, peón a jornada de mi real gana, empresario de guiñol, autor de opúsculos para soñar despierto, vendedor de cristales ahumados para ver los eclipses de sol, buhonero de relojes de cuco, astrólogo de creyentes y marcador de partidas de bolos.”

Ésta es la pequeña historia de un muchacho remitido por un paria de la gleba a la Universidad de Madrid. Era una juventud que hablaba de esta manera: “Nosotros ni siquiera hemos tenido, como nuestros hermanos anteriores, no ya experiencias directas, sino ni siquiera recuerdos, ni el acontecer de la proximidad. Nosotros sólo hemos tenido mitos, inmensos mitos, que se nos han ido desinflando.”

La novela está en la línea de la novelística comprometida de nuestro tiempo. Sus personajes aspiran a ser de verdad, y la vida sobre la que circulan es verdadera. Emilio Romero asegura que “uno de los espectáculos más indecentes de alguna literatura actual es la de evadirse de los estados de conciencia, de las cosas que son como son, y no sentirse dolorido, decepcionado o entusiasta con lo que alienta a nuestro lado.”

* * *

A mí este libro me parecen en realidad dos relatos independientes, conectados un tanto artificiosamente.

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