Publicado por Taurus en julio de 1959. Número 63 de la colección El Club de la Sonrisa.
149 páginas (ADE).
Según cuentan las crónicas, don Marco Aurelio Fernando Almazán y Díaz Covarrubias nació en la ciudad de Méjico y creció —muy poco— en la misma. Siendo de naturaleza un tanto poltrona, ingresó en cuanto pudo en el Servicio Diplomático de su país y estuvo destinado en Nueva York, Londres y Beirut. En este último puesto lo mantuvo su Gobierno en plácido ostracismo durante siete años, lo cual determinó que engordara lo suyo y olvidase el poco árabe que sabía.
Echó a perder, a la vez, el francés y el inglés que con mil trabajos había cultivado, y ante la horrible perspectiva de olvidar también el castellano y de convertirse en sordomudo “ad honorem”, optó por dejar la diplomacia y venir a España para dedicarse al canto.
“En España, dice don Marco Aurelio Fernando, los hispanoamericanos lo pasamos muy bien. Sentimos el llamado de los siglos y la silenciosa bienvenida de las cosas que contemplaron nuestros ancestros. Además, el vino es superior y las chicas estupendas. Aquí me quedo”.
El señor Almazán y Díaz Covarrubias piensa vivir ahora del producto que le rindan sus libros y sus artículos, lo cual forma parte del tratamiento que se propone seguir para adelgazar.
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