Publicado por Editorial Cremades en 1956. Número 3 de la colección Buenas Noticias.
204 páginas (ADE).
Un olvidado vecino, enriquecido en las Américas, lega al morir parte de su fortuna a sus paisanos de un pueblo perdido en el interior de España. Las fuerzas vivas del pueblo encargan a una comisión de hombres ilustres la difícil gestión de trasladarse a Madrid y hacerse con los inesperados fondos. Las innumerables vicisitudes de los comisionados en la capital son narradas por Emilio Ortiz Ramirez con lenguaje florido y chispeante.
Emilio Ortiz Ramirez nació en 1903. En su autobiografía, que sirve de prólogo al relato, cuenta:
"Me crié en la sierra y me recrié junto al mar. De ahí, quizá, puede deducirse mi posterior afición al alpinismo y a la natación.
Fui a la escuela, como cada quisque; y, como la inmensa mayoría de los quisques, sin que en tal accidente tuviera intervención decisoria mi voluntad. A pesar de ello, no fui mal alumno y, hasta si se quiere, aprovechado en la enseñanza primaria. Luego, en el bachillerato, ya fue otro cantar.
Siempre me ha gustado mucho viajar. Pero en esto me sucede lo que a un pobre amigo mío cuyo manjar predilecto son los langostinos y tiene que contentarse, cuando las cosas se le dan bien, con “carabineros”. Bueno, pues yo, en esta cuestión de los viajes, aún tengo que envidiar a mi pobre amigo: escasa, con los dedos de una mano, pueden contarse las veces en que en mis desplazamientos he tenido que enfrentarme con los carabineros: la mayor parte de mis periplos han tenido como vehículo los trenes de “cercanías”.
Y sólo me resta decir que nací en miércoles, me casé en lunes y publiqué mi primera novela en jueves. Curiosas coincidencias que se dan en la vida."
Ha publicado "Azazel", “Por dos cosas” y “Robo con escalo”. De los dos primeros hay unos extractos al final de este volumen, a modo de "trailer"; técnica editorial que yo no había visto hasta el momento.
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