Publicado por Destino en mayo de 1978. Número 529 de la colección Áncora y Delfín.
238 páginas (ADE).
J. L. Martín Descalzo, que en 1956 ganó el Premio Eugenio Nadal con una novela sorprendente y polémica, “La frontera de Dios”, regresa hoy con otra obra que es fácil prever que resultará también sorprendente y polémica. “Lobos, perros y corderos” reincide en un tema muy manoseado, el de la guerra civil española, pero lo hace con planteamientos y enfoque absolutamente inéditos. Nadie hasta hoy eligió ese ángulo tan arriesgado e importante que es el de la responsabilidad de la Iglesia en la guerra civil. Martín Descalzo —sacerdote— hace en este libro un impresionante e imparcial examen de conciencia a una generación eclesial a la que no pertenece pero a la que se siente ligado y con la que se sabe corresponsable.
Pero el libro va mucho más allá y se convierte en una estremecedora parábola de la condición humana en la que no sólo el inocente es aplastado por la violencia, sino en la que todos los personajes se convierten en asesinos y a la vez en víctimas.
Martín Descalzo no ha escrito, pues, una novela de guerra más. Se ha ido directo a buscar las claves morales por las que actúan sus personajes. Para ello ha condensado la acción en sólo cinco días y muy pocos personajes, mezclando con sabiduría los momentos en que la acción se vuelve vertiginosa con aquellos otros en los que el autor se frena para hurgar el subconsciente de sus personajes. El resultado es este llanto por el ser humano, enloquecido de tiempo en tiempo por estas cegueras colectivas que son las guerras.
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