lunes, 6 de enero de 2025

Sola se queda la tierra (Sebastián Bautista de la Torre)

 

Publicado por Prensa Española en mayo de 1968, dentro de la colección Los Tres Dados.
233 páginas (ADE).

Sebastián Bautista de la Torre es andaluz, de las serranías altas de Segura. Abogado, periodista, un tanto poeta y un mucho humorista, su creación como autor destaca en lo dramático. La colección literaria “Al verde olivo” publicó sus obras “Torero a muerte”, “Madrugada”, “Llegó por la nieve” y “El joven tímido”. Desde 1957 a 1965 estrenó en Madrid, con variada fortuna, “Antes de las nueve: Amor”, “La Kruger Bom”, “La galera de papel”, “Un sueño en paño menor”, “El Opositor” y “Cosmonauta en tierra”. A pesar de su alcance minoritario, “La galera de papel” fue seleccionada para el Festival de Teatro de Ámsterdam y mereció en su día favorables elogios de la crítica: Alfredo Marqueríe dijo de ella “... confirma y ratifica las admirables dotes que dentro del más riguroso concepto del humor y del teatro, sin nada que envidiar a las más audaces invenciones extranjeras —Ionesco, Adamov, Becket, etc.— posee el autor”, y Adolfo Prego: “«La galera de papel» es verdadero teatro, y sobre todo es moderno teatro. Se trata de una farsa satírica que se apoya en el realismo para remontarse a regiones más elevadas. El autor trae hasta el escenario un nuevo sentido del humor. Un humor que, sin dejar de ser satírico, conserva la poesía.”

Con el presente libro el autor se estrena en el género literario del relato corto. Animado por la resonancia que obtuvo “El último surco”, aparecido en las páginas dominicales del “ABC”, S. B. T. ha querido redondear un tema muy metido en sus carnes y en las del cuerpo social de nuestra época: el abandono de la tierra. Y para que la imagen sea más sincera y directa, da de lado a sus posiciones intelectualistas anteriores en busca del tono elemental y sencillo que requiere el tratamiento, adentrándose en la auténtica entraña popular de la que se ve ferviente enamorado... La búsqueda se hace más dolorosa por lo que supone de reencuentro con los días lejanos de la infancia, tan sentados en la tierra, a los que el autor da todo su valor de Paraíso perdido en el recuerdo... En sus descripciones gráficas e inmediatas, adquieren especial relieve los personajes y el diálogo. Su mezcla de dramatismo, de humor y, sobre todo, de ternura, descubre el hondo cariño con que se aborda la empresa. La disposición del autor es más sentimental que polémica y en ella destaca su tristeza ante el último baluarte en que se mostraba el hombre de manera esencial. De aquí que el libro, en su conjunto, venga a ser como un adiós romántico de despedida al hombre de la tierra, antes de que se funda en la corriente masiva que anega a la Humanidad y en la que habrán de borrarse definitivamente los perfiles auténticos del hombre como individuo.

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