Publicado por Destino en mayo de 1955. Número 112 de la colección Áncora y Delfín.
Título original: Chiens perdus sans collier.
Traducido del francés por María Barbeito y Cerviño.
229 páginas (ADE).
Francia, principio de los años cincuenta. Toda una generación de chicos huérfanos de la Segunda Guerra Mundial o abandonados por sus padres a causa de las dificultades de la posguerra han sido marginados por la sociedad y recluidos en fríos y hostiles centros de menores.
Gilbert Cesbron describe magistralmente en esta novela, que le catapultó a la fama, la vida cotidiana de un grupo de estos chicos recluidos en un correccional; sus intereses, aspiraciones y sufrimientos, su búsqueda incesante de afectos y la construcción de su propia identidad a través de las grandes dificultades que han de atravesar. Los chicos tienen a su lado al Juez de Menores Lamy, quién se ve llamado a la difícil tarea de hacer que, en medio de un ambiente cargado de escepticismo y desesperanza, puedan emerger las semillas de generosidad, afecto y pureza que sólo una mirada llena de compasión es capaz de descubrir en estos chicos.
Escrita en un lenguaje crudo y directo, con tintes fuertemente dramáticos, el lector descubrirá la actualidad temática y estilística de esta obra.
Gilbert Cesbron nació en París el 13 de enero de 1913. Autor de tendencia social y pensamiento cristiano, destacó por su esfuerzo en conciliar ambos campos. Con un estilo casi periodístico, parte de la perspectiva cristiana para poner de relieve las injusticias sociales. Fue uno de los grandes novelistas de los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, con incursiones también en el mundo del teatro, donde destaca especialmente la obra «Son las doce, doctor Schweitzer». En 1978 recibió el Gran Premio de Literatura «Ciudad de París», en reconocimiento a su obra. Murió en esta ciudad el 12 de agosto de 1979.
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