sábado, 29 de febrero de 2020

Humor honesto y vago (Josep Pla)


Publicado por Destino en marzo de 1942. Número 7 de la colección Áncora y Delfín.
197 páginas (ADE).

La enorme personalidad de José Pla —sin duda alguna uno de los primeros prosistas españoles del momento— tiene muy cultivada una brillante faceta humorística. El escritor de talento, el observador, maneja en “Humor honesto y vago” con extraordinaria destreza la difícil y rara cualidad de un humorismo sano e ingenioso. Del amor al fútbol, pasando por la teoría de la propina, los perros, los gatos, lo que le puede suceder cuando se naufraga..., hasta la cultura de los lenguados, Pla envuelve todos los temas en su atractiva prosa, que se ha convertido en una necesidad para sus innumerables admiradores. En este libro de uno de los más sabrosos cultivadores de las letras periodísticas españolas, la amenidad, apoyada a menudo en el diálogo, es insuperable. De esta obra se ha dicho: “Nos colocamos junto a José Pla para ayudarle, con resignado entusiasmo, a sostener la estéril bandera del sentido común”.

Vendimiario de Plinio (Francisco García Pavón)


Publicado por Destino en marzo de 1972. Número 398 de la colección Áncora y Delfín.
103 páginas (ADE).

Francisco García Pavón (Tomelloso, Ciudad Real, 24 de septiembre de 1919 - Madrid, 18 de marzo de 1989) fue un escritor y crítico literario español, famoso por sus novelas policiacas protagonizadas por Plinio, jefe de la policía local de Tomelloso.

Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid con una tesis sobre Leopoldo Alas Clarín como narrador. Mientras hacía las prácticas de la milicia universitaria en Oviedo, escribió su primera novela, Cerca de Oviedo, que quedó finalista del Premio Nadal en 1945, en la segunda edición del premio. Profesor en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. Cultivó la novela, el ensayo y la crítica teatral, pero destaca en especial por sus relatos, en los que era un maestro. Están narrados en un cuidado estilo de raigambre cervantina y atentos al detalle costumbrista. Con ellos ha ganado varios premios, en especial uno de El Correo Literario, otro de Meridiano y el de la revista Ínsula, por citar solamente algunos. (Wiki)

Vendimiario de Plinio vuelve a sumergirnos en el mundo manchego, precisamente en la época de la vendimia. Un cajón con el cadáver de una mujer vieja aparece y desaparece, manteniendo en vilo a la población y al propio Plinio.

Como es habitual en las obras de García Pavón, la acción policíaca de búsqueda para deshacer el misterio del cajón, queda casi superada por las magníficas descripciones ambientales, por las matizadas evocaciones sobre temas de nuestro cotidiano vivir y por un preciso y sugerente lenguaje que nos recuerda las páginas de muchos de nuestros clásicos.



Tachado por la censura (Álvaro de Laiglesia)


Publicado por Planeta en noviembre de 1962.
227 páginas (ADE).

El numen humorístico de Álvaro de Laiglesia es inagotable. Esta nueva obra suya —himno a la Vida, como el renombrado autor declara— lo evidencia. Cada año el gran escritor, además de su importante tarea periodística, solaza nuestro espíritu con más de una producción extensa, en la que su fértil ingenio cubiletea y resplandece para recreo de los lectores.

Esta vez sitúa la acción en un imaginario país centroeuropeo: Burlonia. Allí llegan las desazones, las inquietudes, las congojas del más reciente conflicto mundial. Y como siempre, el pez grande se traga al pequeño. Álvaro de Laiglesia se vale de este fondo, desgraciadamente real, para hacer gala de su agudeza y deleitarnos con sus pullas. Burla burlando, lanza verdades inconcusas y descubre facetas incuestionables, reveladoras del desequilibrio que atenaza al mundo.


sábado, 22 de febrero de 2020

Cuando el toro se llama "Felipe" (Rafael Azcona)


Publicado por Editorial Cremades en 1956. Número 2 de la colección Buenas Noticias.
149 páginas (ADE).

Esta primera novela de Rafael Azcona cuenta, en clave un tanto codornicesca, las vidas paralelas del torero andaluz (aunque natural de Logroño), Rafaé de la Raya; torero por cabezonería de su padre y por las trampas del destino; y de su a ratos amigo y toro-entrenador Vicente.

El toro Felipe tiene un papel más secundario, limitándose a cumplir con su triste trabajo en la plaza, a la que le llevan sus estúpidos delirios de grandeza.

El volumen se completa con media docena de cuentos cortos de variada temática humorística.

“Rafael Azcona Fernández (Logroño, 24 de octubre de 1926-Madrid, 24 de marzo de 2008) fue un escritor y guionista español conocido por películas como El pisito, Plácido, El verdugo, La escopeta nacional, Belle époque o La niña de tus ojos. Como escritor creó personajes tan característicos de una época, como el renombrado «repelente niño Vicente» o «el señor bajito»” (Wiki)


Los miedos (Eduardo Blanco Amor)


Publicado por Destino en enero de 1963. Número 230 de la colección Áncora y Delfín.
193 páginas (ADE).

Eduardo Blanco-Amor, nacido en España a comienzos de siglo, vive en Buenos Aires desde 1919. Es colaborador de los más importantes periódicos de Hispanoamérica y profesor extraordinario de las Universidades de Chile, Uruguay y Nacional de La Plata. Ha fundado y dirigido numerosas publicaciones y a su impulso se deben empresas teatrales de alta calidad: “Teatro Español de Cámara”, “Teatro Popular Gallego”, etc. Ha publicado dos libros de poesía en castellano y tres en gallego; su ensayo “Chile a la vista” es una obra de gran resonancia. Su producción en prosa es más tardía y admirablemente madura. “La catedral y el niño” fue aplaudida sin reservas por la crítica, y a esta novela siguió “A esmorga”, que en edición castellana se titula “La parranda”.

Con “Los miedos”, Eduardo Blanco-Amor fue finalista del Premio Eugenio Nadal 1961. Se trata de una novela de calidad excepcional por su estilo, de perfección desacostumbrada en la narrativa de hoy, y apasionante por su realismo humanísimo, tratado al mismo tiempo con refinamiento y crudeza.

* * *

Unos niños —Diego, Rosa Andrea y Roque Lois— pasan sus vacaciones, como todos los años, en la finca de su abuela, El Palacio, situada en la Galicia rural. Se aproxima el gran ritual báquico de la vendimia y, día tras día, amenaza el reencuentro con la escuela. Como todos los años se abre un paréntesis feliz de cuatro meses. Pero este año se introducirá en la vida de los niños un elemento nuevo: el miedo. Y no se trata ya de los miedos imprecisos, e incluso líricos, que pueblan las noches indefensas de la infancia: miedo a la oscuridad, a los lobos, a los ladrones. Ahora será el miedo al mundo de los adultos, que los tres amigos irán descubriendo estupefactos y horrorizados. Y deslumbrados también. No entenderán sus rituales, su minuciosa y absurda regulación de relaciones. Y, especialmente, no entenderán el sexo, el más decisivo descubrimiento de aquel verano. Con una prosa tersa y unos diálogos precisos e irónicos, Blanco Amor ha construido una novela excepcional sobre las angustias que anticipan la eclosión de la adolescencia.



El camino de Wigan Pier (George Orwell)


Publicado por Destino en enero de 1976. Número 447 de la colección Áncora y Delfín.
Título original: The Road to Wigan Pier.
Traducido del inglés por Ester Donato.
206 páginas (ADE).

Autor de 1984, Homenaje a Cataluña y Rebelión en la granja, entre otras, George Orwell es sobradamente conocido entre nosotros. Su verdadero nombre es Eric Blair, nació en 1903 en la India de padres ingleses, se educó en Eton, viajó por toda Europa, y murió prematuramente, a los 47 años. Hoy es uno de los autores británicos más leídos.

Tres son los temas abordados en esta obra: primero, la situación de los mineros hacia la década de 1930, en la que describe las condiciones infrahumanas de esa clase social, sometida a una lenta degradación; para ellos reivindica Orwell un acto de justicia y no de caridad. Segundo, las experiencias de cinco años en la colonia británica de Birmania, como miembro de la Policía; aquí su condena del imperialismo en general se ofrece sin titubeos, con su típica acritud, y del mismo modo invalida la segregación racial y las diferencias de clases o mete en la picota, con suave ironía, la pretendida superioridad anglosajona ante la raza latina. Y en tercer lugar, aborda el tema del socialismo, mostrándonos su especial y humanísima visión; Orwell aspira a un socialismo basado en los dos pilares insustituibles de justicia y libertad, condena el totalitarismo y se burla de los demagogos.

Es, en suma, la obra de un brillante pensador, de un observador realista y un hombre de insobornable sinceridad. Y es interesante constatar que todo, o casi todo, cuanto escribió George Orwell en este lúcido ensayo de 1936 sigue hoy vigente, con una luminosa visión del futuro que sin duda estremecerá al lector.


sábado, 15 de febrero de 2020

El becerro de oro (José Vicente Torrente)


Publicado por Destino en agosto de 1957. Número 138 de la colección Áncora y Delfín.
149 páginas (ADE).

José-Vicente Torrente nació en Huesca el 26 de octubre de 1920. Se licenció en Derecho en la Universidad Central, simultaneando sus estudios con el ejercicio de la profesión periodística. Ha sido redactor financiero del diario “Pueblo” y de la revista “Economía Mundial”, colaborando en diversas publicaciones de tipo técnico. Amplió estudios en Alemania, Francia, Italia, Bélgica e Irlanda, y en el año 1948 ganó las oposiciones a la carrera diplomática. Su último destino ha sido Nueva York. Su primera novela fue “IV Grupo del 75/27”.

“En el cielo nos veremos” le ha consagrado como novelista de gran calidad al quedar brillantemente clasificada en el Premio Eugenio Nadal 1955. “El becerro de oro” nos presenta un repertorio de personajes obsesionados por el dinero, que se mueven con un gran vigor popular en una trama rebosante de humanidad. La agilidad de estilo, la plasticidad de las imágenes y el contenido humano de cada personaje hacen de esta obra una novela sincera, actual y plenamente conseguida.

Los nacionales (Francisco García Pavón)


Publicado por Destino en mayo de 1977. Número 503 de la colección Áncora y Delfín.
110 páginas (ADE).

Francisco García Pavón nació en Tomelloso (Ciudad Real) el año 1919. Doctor en Filosofía y Letras y catedrático de Literatura, es el creador de la única novela policíaca típicamente española de nuestra historia literaria. Obtuvo el Premio de la Crítica en 1968 con su novela El reinado de Witiza y el Nadal 1969 con Las Hermanas Coloradas, ambas de esta serie policíaca de Plinio.

Otro aspecto importantísimo de la narrativa de García Pavón es el relato breve (Premio Hucha de Oro de cuentos 1975). En esta parcela de su obra hay que destacar: Cuentos de mamá, Cuentos republicanos y Los liberales, referidos sucesivamente a su infancia, época republicana y años de la guerra civil vividos en la zona republicana.

En Los nacionales, último libro de esta serie, García Pavón recrea las vividuras que le dejó el final de la guerra en Tomelloso, y primeros años de la posguerra en Madrid, donde residió como estudiante.

En Los nacionales, una vez más, dentro de la mejor tradición literaria española —que no quiere decir arcaizante— sabe entreverar su humor y doloroso sentir; el relato realista de tan difícil capítulo de nuestra historia, y el estremecimiento poético que surge en los mejores trozos de su prosa. Y todo ello, como siempre, visto con ojos desapasionados, aunque heridos, y expresado con el rico y plástico lenguaje que domina en toda su obra.


Se busca rey en buen estado (Álvaro de Laiglesia)


Publicado por Planeta en octubre de 1968.
172 páginas (ADE).

Si no fuera de rigor, bien podría aparecer esta obra sin solapa propagandística. Primero, porque los libros de Álvaro de Laiglesia no necesitan publicidad: el público se encarga de buscarlos, de adquirirlos, de agotar prontamente los ejemplares, de requerir nuevas ediciones. Y segundo, porque esta vez, además del texto, ameno, regocijante, divertido, intenso; además de su título, atrayente, sugeridor —todos los títulos de Álvaro de Laiglesia incitan a ir más allá de lo que alcanza la palabra precisa—, Se busca rey en buen estado contiene un sabroso prólogo y un exhaustivo epílogo. El prólogo es de Mingote; con decirlo quedo expresado el mejor elogio. El epílogo revela la minuciosa investigación del psiquiatra que lo firma. Uno y otro exaltan explícita y contundentemente la destacada personalidad de Álvaro de Laiglesia.

Convéngase, pues, que en esta ocasión puede muy bien prescindirse de la solapa. Conque ¡adelante, lectores!


viernes, 7 de febrero de 2020

A bordo de un teléfono (Cástulo Carrasco)


Publicado por Taurus en enero de 1958. Número 48 de la colección El Club de la Sonrisa.
176 páginas (ADE).

“¿Cuándo comenzaste a sentirte humorista?”, hemos preguntado a nuestro autor de hoy. Y afirma muy formalmente que al nacer, porque a los que se asomaban a verlo ya les hacia gracia. Y tan convencido está de ello, que rechaza con indignación nuestro supuesto de que las sonrisas fuesen debidas al extraño aspecto que presentaba. Siguiendo con su biografía y su anexión al humorismo, afirma que tuvo conciencia plena de su destino al sentirse un joven melancólico.

En el libro con que se estrena en nuestra Colección —otra novela del mismo tipo que le fué publicada por Aguilar, S. A., en 1957 se va a editar ahora en Budapest por la “Europa Konyvkiado”— el protagonista, que descubre —con la ayuda de una guapa chica, ello es cierto— al autor de un complicado e insospechado crimen, no se llama Sherlock Holmes, ni Arsène Lupin, ni Raffles, ni Rouletabille, ni Charlie Chan, ni Philo Vance, ni Perry Mason, ni Nero Wolfe, ni Padre Brown, ni Maigret, ni Poirot. Se llama, simplemente, Pedro. A secas. O, estirándose un poquito, Pedro Balsera. ¿Hay modo de imaginárselo? Pero es que la vida tiene esas piruetas. Y el autor se ha limitado, dice, a registrar cuanto la vida ofrece de risueño. Le miramos con cierto recelo, temiendo que, con su aire de seriedad, nos esté tomando el pelo.

Mas él, para convencernos, se limita a enseñarnos un periódico que lleva en la mano. Y en el periódico, este anuncio: “¿Quiere tener un piso barato, un modesto hogar sólo a quince kilómetros de la Puerta del Sol? Pues no tiene más que desembolsar 90.000 pesetas y pagar luego, con toda clase de facilidades, 2.000 mensuales durante treinta años. Más Banco.”

Y luego, este titular a toda plana: “Los embalses han aumentado, durante la última semana, su caudal de agua en (se produce un apagón y hemos de aguardar quince minutos para seguir) cuatrocientos millones de litros cúbicos.”

Nos ha convencido. La vida es así de risueña.


El santo de mayo (José Jiménez Lozano)


Publicado por Destino el 1 de enero de 1976. Número 489 de la colección Áncora y Delfín.
117 páginas (ADE).

El santo de mayo es un conjunto de narraciones, que bien pudiera llamarse —como reza el título de una de ellas— de «itinerario español». Diferentes personajes de la vida española de hoy, de ayer y de siempre, atraviesan estas páginas. A veces su anonimato es total. Jiménez Lozano los retrata con dureza, sin las idealizaciones propias de los amantes del campo soñado y de los pueblos de acuarela. Otros pertenecen a nuestra historia, como Antonio Machado o Santa Teresa. En todos ellos subyace una extraña alegría de vivir y una honda inquietud religiosa. Reflexionan sobre el sentido de la existencia, la fe, la opresión, los éxitos y los fracasos. A veces la muerte aparece bruscamente para poner de manifiesto lo paradójico de nuestra vida. Tamizado por una ironía insólita en nuestra literatura y escrita en un lenguaje carnal y verdadero, El santo de mayo es una crítica llena de ternura de una sociedad abierta a la esperanza y acosada por las tradiciones.

José Jiménez Lozano nació en Langa (Ávila) en 1930. Es autor de ensayos —Los cementerios civiles y la heterodoxia española (1978), Sobre judíos, moriscos y conversos (1982) o Guía espiritual de Castilla (1984)—, narraciones —Parábolas y circunloquios de Rabí Isaac Ben Yehuda (1985), El santo de mayo (1976) o El grano de maíz rojo (1988, Premio Nacional de la Crítica)—, novelas —Duelo en la Casa Grande (1982), Historia de un otoño (1971), El sambenito (1972) y La salamandra (1973), las tres últimas publicadas en Destino— y un diario —Los tres cuadernos rojos (1985).



El OVNI (José Asenjo Sedano)


Publicado por Destino en febrero de 1976. Número 477 de la colección Áncora y Delfín.
164 páginas (ADE).

El OVNI es un divertimento del autor en torno a la aparición de un extraño objeto volador que deja perpleja a toda una ciudad (Guadix) lo que da lugar a una serie de situaciones y aparición de personajes (muchos de ellos reales) que producen de un lado cierta hilaridad y de otro la visión de un pueblo tranquilo... ¡Quizá no tan tranquilo!

El autor escribió dos versiones de esta novela; la primera de redacción mas lineal, menos quebrada, permanece inédita y quizá nunca se publique, aunque tenga sus partidarios, que la consideran más acertada. Puede ser. El caso es que fue ésta, la publicada por la Editorial Destino -Barcelona 1976-, la conocida por el público. El OVNI junto con Los Guerreros y Crónica constituyen su trilogía literaria de Guadix.




sábado, 1 de febrero de 2020

La gran taigá siberiana (S. R. Minzlov)


Publicado por Destino en diciembre de 1953. Número 88 de la colección Áncora y Delfín.
Traducido del ruso por Alexis Marcoff.
154 páginas (ADE).

S. R. Minzlov se inscribe, por sus obras, en la línea más clásica de la literatura rusa. Empleado ministerial, se le encargó una arriesgada misión en el Urianjay, Siberia. Un episodio absolutamente verídico es el que reproduce en su magnífica novela “La gran taigá siberiana”, quizá la más representativa de su personalidad literaria. En ella se dan cita tres elementos importantísimos y típicos de la novela rusa: personajes, escenario y acción. Los tipos que se mueven en “La gran taigá siberiana” están dibujados de mano maestra. El escenario donde transcurre la trama aparece como una fuerza más en la novela. La acción constituye una aventura a través de este paisaje, dosificando el autor los peligros e incidentes con sabia proporción hasta llegar a la explosión del conflicto, en cuyo capítulo Minzlov demuestra su alta calidad de narrador. La elegancia, la maestría y la seguridad de trazos con que pinta los personajes captan poderosamente la atención del lector desde el principio de la obra, haciéndole partícipe de la inmensa y misteriosa taigá rusa.

* * *

Una excelente novela de aventuras de corte clásico. A diferencia de otros novelistas rusos, los personajes de Minzlov son fácilmente identificables, y no se pierde el lector en un laberinto de nombres, apellidos, apodos y diminutivos (lo cual es muy de agradecer).


El crimen (Manuel Barrios)


Publicado por Destino en noviembre de 1963. Número 245 de la colección Áncora y Delfín.
163 páginas (ADE).

Manuel Barrios nació en San Fernando, Cádiz, en 1924. Cursó estudios en la facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Sus aficiones literarias le llevaron a colaborar en los principales rotativos del país y en la Radio Nacional de Sevilla, que acaparó la mayor parte de su producción durante aquellos años. Su brillante carrera se ha visto públicamente correspondida con la consecución de varios premios literarios.

Con «El crimen» fue proclamado en 1963 finalista del Nadal. Su autor ha trasplantado en esta obra el tema de la Pasión a la vida cotidiana de un humilde pueblo andaluz. En sus páginas se recoge todo el color, aire y manera de hablar de una gente que representa ante nuestros ojos una realidad actual y dramática. La lección que se desprende de esta extraordinaria novela es que todo salvador que sólo se interesa esencialmente por el bien común, nada tiene que hacer en la tierra y es infaliblemente sacrificado.

Racionales, pero animales (Álvaro de Laiglesia)


Publicado por Planeta en Diciembre de 1966.
176 páginas (ADE).

La maestría con que Álvaro de Laiglesia traza, dispone y compone sus obras, tan bien acogidas por los lectores, corre parejas con la fertilidad de su ingenio. El número de libros que el celebrado autor tiene ya publicados, lo evidencia.

Racionales, pero animales es una colección de novelas cortas en las que Álvaro de Laiglesia revela su destreza singular. Condensar un argumento y exponerlo de forma que ni una línea carezca de enjundia ni un párrafo resulte desproporcionado, exige un gran equilibrio de ponderación y fluidez, cualidades indispensables en el género que tan brillantemente cultiva nuestro genial humorista. Y como broche de oro, la sorpresa de los desenlaces, estridentes unas veces, suaves otras, pero siempre inesperados y regocijantes.