Publicado por Destino en 1958. Número 152 de la colección Áncora y Delfín.
Título de la edición original: Tots som iguals.
Traduccido del catalán por: Enrique Badosa.
179 páginas (ADE).
Josep M. Espinàs es autor de una extensa obra narrativa en la que ha dominado el elemento realista y testimonial. Ya en los años cincuenta fue uno de los primeros en incorporar las formas literarias neorrealistas, combinando modelos de la literatura española (Delibes, Camilo J. Cela) y tributando homenaje al cine italiano, que se imponía como opción para la crítica de la realidad de la posguerra.
Espinàs ganó el Premio Joanot Martorell 1953 con la novela Com ganivets o flames [Como cuchillos o llamas] y se convirtió en uno de los abanderados de la práctica de la narrativa realista. Con novelas como El gandul (1955) y Tots som iguals [Todos somos iguales] acentuó su atención en una narrativa de carácter marcadamente social. En esta última, dos seres, pertenecientes a dos mundos distantes a pesar de la convivencia cotidiana, encuentran en un hecho fortuito la posibilidad de acercamiento y de comprensión. La anécdota es lo de menos en ésta como en tantas otras novelas. Lo importante es la descripción certera de la vida, reacciones, de la psicología, en fin, de los personajes. Josep María Espinàs plantea en esta obra —escrita en catalán y traducida por E. Badosa—, problemas humanos, luchas, recelos, temores y, sobre todo, el desconocimiento mutuo entre los eslabones de una misma cadena. Para amar al prójimo es necesario conocerlo directamente, escucharle, participar en sus dolores y en sus alegrías.
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